Nunca los olvidaremos
Josué, Nehemías, Steven e Ismael: cuatro nombres que nunca olvidaremos, lastimosamente, por algo tan triste como macabro. Por los detalles de la acción criminal de los milicos, que se han conocido a partir del juicio, se sabe que no “se les fue la mano”, como muchos interpretan el suceso. Es evidente que existió intención de abusar, torturar y asesinar a los niños, solo porque eran negros y pobres; cualidades que en este país son etiquetas injustas, aunque ya consensuadas, de que son delincuentes. Maldito prejuicio que puede originar crímenes de estado como el que sufrieron estos menores inocentes y en el que mucha gente se basa para justificar. Y pesar de que testimonios y pruebas demuestran el crimen atroz, el gobierno ha defendido incondicionalmente a los culpables. Desde que se conoció el caso, el discurso oficial ha intentado inventar que los niños estaban robando, sobre todo desde la voz del perverso ministro de defensa. Mientras el presidente ha evadido el tema, mostrándos...
