Tema libre

Acabo de escuchar un relato de Cortázar, y a mi derecha, sobre la mesa, el mismísimo Julio me mira. Qué grata coincidencia. Bueno, en realidad mira hacia el vacío desde la libreta que tengo con su cara, que alguna vez compré a una vendedora en una pizzería, pero quisiera creer que me mira de reojo, motivándome a escribir el tema libre propuesto por la profe favorita.

Escuchar a los tiempos esas dos palabras, me llevó hasta la época de la escuela. Me viene a la cabeza la imagen de mi aula de primer grado, pero vista desde afuera. Tenía dos ventanales amplios en su fachada, y unas cortinas habanas gruesas que no permitían ver adentro, pero sí el reflejo del cielo quiteño de las siete y media de la mañana, cuando comenzábamos clases en ese frío placentero de esta ciudad bipolar.

Qué loco. Ese recuerdo lo manejo fotográficamente, aunque quizá en ese tiempo no lo vi así. O tal vez sí, pero el inconsciente -o el subconsciente- le acaban de elevar a la conciencia a ese punto de vista, a través de mi memoria. Ya me enredé un poco y esa no es la intención. Solo procuro acotar que me asombra evocar una imagen de mi infancia que seguro está entre mis primeros recuerdos de la vida, con una percepción de la que no estaba consciente hasta que la acabo de descubrir a mis 39 años.

Y este es mi texto 39 que escribo para el taller, otra coincidencia que me devela esta libertad de escribir un tema libre, valga la redundancia. Siento que mis palabras son el cabello anudado del relato de Cortázar que nos leyó la Moni; que van por una cañería con rumbo incierto porque gozan de la libertad a las que les sumergen las aguas que fluyen por la tubería.

Le miro nuevamente al Julio del escritorio. Yo le miro de frente, pero él prefiere la indiferencia. O quizá  solo quiere observarme cuando no me doy cuenta y regodearse de que un texto suyo y su imagen en una libreta me impulsaron a escribir este tema libre con cierta anarquía de sentido, como los profes de primer grado nos motivaban a escribirlo o dibujarlo en esa aula que me encanta recordarla tan fotogénica.