Nunca los olvidaremos

 Josué, Nehemías, Steven e Ismael: cuatro nombres que nunca olvidaremos, lastimosamente, por algo tan triste como macabro. Por los detalles de la acción criminal de los milicos, que se han conocido a partir del juicio, se sabe que no “se les fue la mano”, como muchos interpretan el suceso. Es evidente que existió intención de abusar, torturar y asesinar a los niños, solo porque eran negros y pobres; cualidades que en este país son etiquetas injustas, aunque ya consensuadas, de que son delincuentes. Maldito prejuicio que puede originar crímenes de estado como el que sufrieron estos menores inocentes y en el que mucha gente se basa para justificar.

Y pesar de que testimonios y pruebas demuestran el crimen atroz, el gobierno ha defendido incondicionalmente a los culpables. Desde que se conoció el caso, el discurso oficial ha intentado inventar que los niños estaban robando, sobre todo desde la voz del perverso ministro de defensa. Mientras el presidente ha evadido el tema, mostrándose tal como es: inhumano e idiota. Porque solo alguien como ese tipo es capaz de actuar con tanta indiferencia ante un delito perpetrado por las fuerzas armadas de las que él es comandante en jefe. Seguro no le conviene perder la protección que le brindan a su figura tan nefasta.
Sí, hablo desde la ira, porque indigna que esa indiferencia de Noboa también es la de toda la gente que trabaja para él en el gobierno, porque no trabajan para el país. Se callan por mantener sus puestos de salarios altos y de poder oscuro. ¿Se puede esperar algo positivo en el país mientras esta gente mantenga sus puestos?
Josué, Nehemías, Steven e Ismael: nunca los olvidaremos. Ya pasó un año de su asesinato a cargo del vergonzoso ejército ecuatoriano, y la fiscalía pide la máxima pena para los implicados. Ojalá el castigo se concrete y que en la sociedad seamos más reflexivos y sensibles para asimilar y analizar esta realidad nacional que puede ser muy cruel, como ha sido con los cuatro niños de las Malvinas y sus familias que solo merecen recuperar algo de serenidad ante tanta desesperanza.

Comentarios

Entradas populares