Mirar un debate

Hace una semana comía un balde de canguil, solito, mientras veía Aún estoy aquí en el cine. Hoy me preparo una mini olla de canguil, la tercera de la semana, cuarta si sumo el balde del cine, para ver el debate presidencial. Ruth Del Salto está dando la introducción, detallando los temas que se tratarán en este espacio que enfrenta a Luisa González y Daniel Noboa.

El ejercicio es comentar en vivo el debate. Por ahora se pasa un video con las instrucciones del debate para los candidatos e indicaciones para los espectadores; así todos deberíamos entender cómo se llevará a cabo este debate.

Voy a servirme una limonada imperial y a poner los canguiles en la olla. Ya debe estar caliente el aceite.

Saltan a la cancha los candidatos. Saludan falsamente.

Luisa González comienza con su presentación, prometiendo que va a explicar cómo va a cambiar "esta triste realidad". Y advierte que Daniel Noboa va a mentir en todo esta noche.

El presidente candidato dice que va a hablar en nombre de todos los ecuatorianos que quieren progreso, y algo más.

Tuvieron solo treinta segundos cada uno.

Ahora comienzan con Educación. González asegura que más de 72.000 estudiantes abandonaron el sistema educativo de este año. "Son nuestros hijos", dice, "¿qué vamos a hacer?", añade. También dice que la principal causa de muerte de adolescentes son el homicidio y el suicidio. Además, dice que los padres de niños pobres que necesitan estudiar tienen que pagar porque la infraestructura de las escuelas está deteriorada; 90% de la infraestructura está dañada, según Luisa.

Se quema el canguil. No sé cómo voy a comer.

Daniel responde. Dice que Luisa está equivocada, que sí ha habido inversión. Y ya le echó la culpa a la tabla de consumo de drogas del correísmo, que dice que ha sido la peor plaga para los adolescentes.

"Hay que devolver a los niños a las aulas de clase", insiste González. Y le recuerda a Noboa que él mismo ya eliminó la tabla de consumo cuando comenzó su gobierno.

"Luisa, veo que las cifras las tienes mal", responde Daniel. Y dice que está repitiendo el actuar de otros políticos. Asegura que la infraestructura de las escuela está en buen estado y le pregunta a Luisa si va a volver a poner la tabla de consumo de drogas.

La candidata del correísmo otra vez menciona que los padres de familia de clase baja están obligados a pagar por las mejoras de infraestructura en las escuelas deterioradas. Y que eso no es justo. Además, asegura que no volverá a instaurar la tabla de consumo de drogas.

"No más corrupción en educación", dice Noboa, no inmediatamente a lo que dice Luisa, sino después de reiterar que la tabla de consumo de drogas fue una maldición para los jóvenes, desmintió tener vínculos familiares en la empresa El Ordeño y, más bien, acusó a Pepe Serrano y Rony Aleaga como personas relacionadas a casos de corrupción de provisión de alimento en las cárceles, o algo así.

"Mire a la cámara, mire a los ojos a los padres de familia... y dígales por qué no les cumplió en quinces meses lo que les ofreció; por qué lo haría ahora", dice Luisa también a su adversario. 

Noboa ahora habla de los educadores comunitarios, a quienes les ha pagado una deuda histórica, dice, como a seis mil.

Ahora Luisa hace referencia a Esmeraldas y recuerda lo insegura que está esa provincia. 

"La mentira tiene patas cortas", expresa Noboa. También no se olvida del "Luis te desdolariza", seguramente el slogan que le pidieron que enfatice varias veces este debate, para que quede instalado en la opinión pública en este época electoral. Como aquel "Andrés no mientas otra vez" que le hizo ganar a Lasso en el 2021.

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Bueno, mi texto comienza a perder coherencia, porque es imposible escribir algo coherente al mismo tiempo en el que mis oídos escuchan una pugna de acusaciones, expresiones proselitistas, mentiras, frases redundantes y frases célebres. Y el canguil se está enfriando. 

"Le invito a hacernos una prueba antidoping al salir de aquí", le propuso Luisa a Daniel. No es mala idea, para este y para cualquier debate. No para castigar a quien podría participar drogado o drogada, solo para que los electores también sepamos quién habló con mesura o con locura.

Esa será la última frase célebre que extraeré de este espacio político. Aunque me gusta comentar sobre la realidad nacional en este ámbito, siento que el panorama es muy complejo para hacer análisis sensatos sin caer en sesgos inevitables. 

Al regresar a ver la pantalla, veo que Noboa le dice a Luisa que esté tranquila, que se le acabó el tiempo de su última respuesta, mientras sonríe. Ella también sonríe. Y parece que son sonrisas cómplices; entonces me planteo la teoría conspirativa de que todo es un montaje. De que todos son panas entre ellos y ellas, y que el circo tiene que seguir, para sostener a los millonarios y a los poderosos al mando de este país, en el que la corrupción ya es un sistema de gobierno y vicio cultural, mientras la violencia ya es una peste que atraviesa toda la sociedad.

Precisamente por ese contexto que acabo de mencionar es que siento que pierdo el tiempo al ver este debate. Porque mientras los protagonistas siguen enfrentándose con acusaciones falsas y verdaderas, pienso que, gane quien gane, el panorama en el país seguirá complicado. 

Sea o no sea verdad la teoría que planteo, siento que no confío en ningún proyecto político en este país, porque ninguno se plantea verdaderamente para servir a la sociedad, sino para servir a caudillos, a un grupo de millonarios, a mafias militares y policiales, a intereses de gente que solo viven obsesionadas con tener el máximo poder político y económica en este paisito vilipendiado por ellos.

Mejor voy a servirme un seco de chivo mientras sigo mirando el circo en Youtube.

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Terminé el seco de chivo, revisaba un poco el Instagram, distraído del debate, hasta que escuché a Luisa pedirle a Daniel que le mire a la cara. Él se mantenía cabizbajo en su atril. Y González siguió interpelando a Noboa, exigiéndole respeto al recordarle casos de violencia contra mujeres a los que él está relacionado, desde la manipulación que su ex esposa denuncia que sufre de parte de él para no ver a su hija, hasta los casos de la vicepresidenta Abad que fue desterrada del país y desplazada de su cargo porque perdió la confianza del presidente.  

"Conmigo no te vas a meter", le dijo Luisa, quizá no en palabras exactas, pero ese fue el mensaje que lo exclamó sonronjándose un poco. Ahí dudé si realmente esto es montaje, porque realmente se molestó la candidata del correísmo. Aunque puede ser que están actuando muy bien estos personajes.

Noboa le dijo que en la política hay códigos, y que uno de esos es no meterse con la familia. Sin embargo, decidió enviarle un mensaje a "Lulú", supongo que es la hija del presidente que vive con su ex esposa. "Tú eres la Luisa buena, ella es la Luisa mala", le dijo para finalizar su intervención en esa parte. La "Luisa mala" solo hizo una breve seña con los ojos, abriéndolos con expresión de asombro; la "Luisa buena" quizá ni siquiera está viendo el debate. 

Comenzaron a hablar Gobernabilidad y me quedé un poco dormido. Debe ser porque es lo que menos existe a nivel político en este país. Además, el enfrentamiento sigue. Acusaciones y señalamientos de parte y parte que ya aburren, porque serán casos que nunca se van a aclarar judicialmente; se limitarán a ser argumentos de quienes les defienden o les apoyan ciegamente. 

No sé qué tan útil puede resultar un espacio así para tantos indecisos que tenemos que ir a las urnas el 13 de abril. Los espectadores hemos estado en medio de ese ping pong entre Noboa y González, con varias pelotas chocando en la red o volando hacia cualquier dirección, aunque siento que Luisa tuvo jugadas más acertadas, sobre todo cuando llamó majadero a Daniel. Dos veces lo hizo y con un argumento que Noboa no desmintió: su violencia e irrespeto contra las mujeres.

Ahora ya están en los mensajes finales, en el que cada uno habla a la cámara, al fin dirigiéndose a la audiencia que necesitaba más respuestas y propuestas enfocadas en ella. Pero los sesenta segundos que tuvieron Luisa y Daniel en ese último segmento no sirvieron de nada.

"Vamos todos a votar, vamos todos por Ecuador", dice Ruth Del Salto en una de sus frases de cierre. Yo solo siento que perdí dos horas de este domingo que se extingue y que mi voto del 13 de abril va a corresponder con la conciencia social que he venido desarrollando en los últimos años, aunque el nulo siempre va a ser una tentación hasta que esté sentado en la urna del recinto electoral que se ve desde la ventana de mi penthouse.

Lo que es mirar un debate.


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