Gracias

Tengo la necesidad de agradecer a mucha gente y a la vida con su azar bendito. Ha sido un año de estabilidad en aspectos cruciales de la vida, como en lo económico, en la salud y en el trabajo. También ha sido un año de dudas creativas, cuestionamientos a mis intentos de representar mi manera de percibir lo que más me conmueve: la cotidianidad. En algún momento me iba a pasar esto, con tanto sobrepensamiento que acostumbro a tener, y creo que es un proceso necesario para replantear formas narrativas o probar nuevas, combinar lenguajes y, sobre todo, no dejar de alimentarme de referencias en el cine, la fotografía, la literatura y la música, para incentivar a mi conciencia y a mi imaginación.

Pero también ha sido un año de fragilidad emocional, de transitar en vaivenes de melancolía y entusiasmo. Mi mente tiene la culpa en gran parte, por inmiscuirme, constantemente, en evocaciones que tergiversan la nostalgia, o en ilusiones que solo son posibles en la fantasía de un futuro que anhelo. Pero estoy aprendiendo a sentir más al presente. Aún es un desafío asumido a medias. O quizá es un reto permanente, que no se acaba nunca.

Y por eso estoy agradecido. Por el tiempo que dedicaron para tomarme en serio o no tan en serio; por escucharme; por reír conmigo (o de mí); por compartir almuerzos, conocimientos, un podcast o un traguito; por evitar que me caiga de la cuerda floja sobre la que caminé a veces, aunque no era necesario que lo sepan; por ayudarme a recuperar algo de autoestima, cuando el síndrome del impostor se manifiesta sin escrúpulos.

Hablo en plural, porque tú eres la destinataria y tú eres el destinatario de este agradecimiento. Porque llegaste hasta acá. Porque saber que alguien dedica parte de su tiempo a leer textos personales, con poca creatividad, aunque con mucha honestidad, es otra motivación imprescindible para ganar entusiasmo. 

A veces siento que nada tiene sentido. Pero si he sido capaz de encontrar los motivos suficientes para construir este texto, creo que esa sensación es, otra vez, una más de las equivocadas conjeturas de esta mente experta en saturarme con ideas, recuerdos y expectativas.

Gracias, de corazón.

Feliz 2025