La coincidencia

Me casé el mismo día que conseguí el trabajo más aburrido que he tenido en la vida. ¿Coincidencia o señal? Tal vez ambas. Pero así mismo fue y con un detalle adicional, para nada despreciable. En realidad, es el detalle más peculiar de toda esta anécdota, pues resulta que la entrevista con la que conseguí el empleo, fue en el mismo edificio donde ocurrió el matrimonio, cuatro horas después y ocho pisos más arriba.

No era necesario que vengas así de formal, me dijo el gerente que me entrevistó, a mitad de la cita, al verme con el terno negro y corbata azul prestada de mi papá, que no me quise cambiar, aunque tuve tiempo. 

Es que hoy temprano me casé, le respondí, dejando escapar una risita con timidez. Él no tuvo palabras para añadir nada más al respecto, y prefirió comenzar a hablarme de los horarios y el salario. Quizá mi atuendo de hombre casado fue el amuleto para lograr que me contratara.


Necesitaba salvar mis finanzas con un ingreso fijo. Ya no podía sobrevivir trabajando de manera independiente, aunque era lo ideal.

Necesitaba cuidar mi relación con un compromiso formal. Ya no quería seguir viviendo en pecado, aunque pudo haber sido lo ideal.


El trabajo no me aburría porque haya sido en una revista. Vivir de escribir siempre será una opción tentadora en la vida, a menos que sea sobre Construcción, con un enfoque de marketing y con lineamientos de un jefe arrogante que en las reuniones, tan largas y fastidiosas, siempre tenía cara de que algo apestaba cerca suyo, y estoy seguro que yo no olía mal.


Afortunadamente, una pandemia evitó que mi vida tome un rumbo pesado y tedioso con la rutina en ese trabajo en el que solo estuve dos meses. 


Y esa misma pandemia, al contrario de lo que ocurrió a muchas parejas, mantuvo a flote mi matrimonio, porque sentimos que nos unimos más. 

Pero tal vez fue el inicio del fin, porque después de un par de meses desempleado, me surgió una nueva oportunidad laboral, en un zoológico, donde nunca me imaginé trabajar. Y aunque aquí no existieron coincidencias ni señales, siento que este nuevo trabajo encaminó mi vida hacia un rumbo que nunca imaginé tomar.


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