#CINE | ¿Qué significa Víctima en Misántropo?

 Evitar spoilear con esta crítica es casi imposible. Casi. Pero no imposible, porque este análisis, de todas maneras, puede partir desde fortalezas de su guión, como los personajes, por ejemplo. Sin necesidad de nombrarlos, es simplemente cuestión de mencionar a una policía frustrada que no fue aceptada por el FBI por tener problemas de adicción; un agente del FBI que odia el sistema y a las autoridades para las que trabaja, pero no le queda más que intentar callar bocas con la efectividad de sus investigaciones; tres sospechosos de un crimen, a los que no les falta el estereotipo del obrero típicamente ruso, latino o negro; el hijo de un veterano de guerra que tiene muchas cosas que gritar contra el mundo y lo hace una forma bastante peculiar.


Alrededor de estos protagonistas centrales se despliega una historia en la que convergen las historias particulares de ellos, cada una con ciertos aspectos, del pasado o del presente, que les colocan como posibles víctimas, no a un mismo nivel, ni de un mismo orden, pero víctimas, finalmente, de realidades que quisieran cambiar para sentir su vida más tranquila y más justa. Y ante ese panorama no te queda más que preguntarte, ¿en esta película quién es verdaderamente víctima o, mejor dicho, qué significa Víctima en esta película?

Misántropo tiene un guión sólido, con ironías sutiles que marcan un fino humor negro, pausas de dudas, espacios de reflexiones, momentos de mucha tensión que te consternan; es decir, un laberinto emocional muy bien construido con un montaje lineal, prácticamente transparente, sin nada de experimentación y con una fotografía estándard y sobria, porque la película no exigía más. Esta es una obra de Damián Szifron, director argentino que se destacó principalmente con Relatos Salvajes, hace pocos años, hasta el punto de ser nominada al Óscar.

Y ahora Szifron se lanzó a Hollywood. Por suerte presté atención a los créditos de inicio de la peli en la que dice que Damián no solo dirige, quizá por encargo, esta película en Hollywood, sino que también la escribió. Entonces cambia la percepción, se esfuma el posible prejuicio que te provoca pensar que es una película no tan buena, porque es hecha solo por encargo, y, más bien, te contagias de esa energía con la que te emocionaste con Pasternak, la historia con la que empieza Relatos Salvajes.

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