Una historia de amor, al final de cuentas

La noticia de la desaparición de Amy, conmociona a un barrio, a una ciudad, a un país. Desde la mañana del día de su aniversario de bodas, no hay rastro de ella. Su esposo Nick, es apuntado como el posible culpable del extravío de su mujer, debido ciertos indicios que la policía encontró en la casa de la pareja.

La historia de amor de Amy y Nick empezó en una reunión social, donde la atracción mutua les conectó enseguida. El idilio que viven sufre un deterioro progresivo con el paso del tiempo, como resultado de la inseguridad y desquicio en la actitud de ambos.

Esas circunstancias son la base de 'Perdida', film de David Fincher. El espectador es testigo de una relación matrimonial enfermiza, la cual es representada con un flashback construido a través de las memorias que Amy plasmó en su diario personal, y cuyos momentos claves se vinculan con el relato del presente de la historia, cuando la mujer desaparece.

A nivel técnico destacan los primeros planos frecuentes para Amy, probablemente para que el espectador sienta empatía con ella. El director consigue ese objetivo de las dos maneras posibles: en la simpatía originada por el carisma, la ternura y la inocencia  que el personaje interpretado por Rosamund Pike, exhibe al principio; y en la antipatía producida por el misterio, la locura y el suspenso que rodean a Amy en los momentos claves del film.

Ben Affleck, quien caracteriza a Nick, construye a un protagonista que no conoce la desesperación, pese a las situaciones que afronta. Ni la desaparición de su mujer, ni el acoso mediático del que es víctima por lo ocurrido, ni la revelación pública de un secreto que escondía, rompen con la pasividad del personaje.

La música de 'Perdida' va ganando influencia mientras avanza el relato. El guión inquietante se alimenta de melodías incidentales que acrecientan la intriga del argumento, porque cada acontecimiento en el film es más sorpresivo que el anterior.

Los sucesos finales de la historia, generan algo de confusión por la rapidez con la que son recreados. De todas maneras, queda claro que Fincher pone en escena una cruda representación de cómo un matrimonio puede subsistir, protegido por falsas apariencias. El desenlace abierto de la película invita al espectador a encontrar, por sí mismo, explicaciones a varias inquietudes que le dejó esta historia de amor, y que probablemente las encontrará en situaciones reales asemejadas a la ficción de 'Perdida'.