Grata experiencia con nombre y apellido


Conocer otro país no siempre significa entrar a grandes museos, recorrer calles o plazas que nos atrapan por ser tan modernizadas o hacer compras de cosas que difícilmente se encuentran donde vivimos. Conocer otro país también puede implicar descubrir historias protagonizadas por personas que no necesitan ser famosas para dejar una huella en lo que hacen, aunque sí necesitan compartir su testimonio para dar ejemplo de lo que es una verdadera práctica humanitaria.


Hoy tuve la suerte de conocer a Ree Sheck, una mujer estadounidense que vive en Costa Rica para hacer el bien a la gente. Hace 28 años, ella perdió a su hijo Curt de 14 años, quien murió en un accidente. Por la indudable tragedia que ese hecho debió representar para su vida, ella decidió hacer algo en honor de su hijo. Su profesión de periodista le permitió conocer una triste realidad que se suscitaba en tierras costarricenses, ya que un colega suyo de ese país le contó sobre las carencias de infraestructura y recursos económicos de una escuela en La Colonia de Guayabo, población ubicada a unas 2 horas de San José.

Esa situación precaria resultó ser una inspiración para Ree. En honor de la memoria de su hijo y con el objetivo de salvar de la desaparición del necesitado centro educativo, esta mujer creó una fundación de apoyo a esa escuela, sin afán de lucro, operada por gente voluntaria. La principal contribución que brindó fue la construcción de una biblioteca con el nombre de ‘Curt Thomas Sheck’, un espacio abierto a la comunidad, construido en medio de pura naturaleza, en el camino que conduce al volcán Irazú, cercano a la capital costarricense, para que niños y jóvenes principalmente accedan a material educativo, al uso de la computadora y de Internet, a material cinematográfico con sentido ecológico y muchas otras actividades enriquecedoras para la educación en la comunidad de La Colonia de Guayabo. Ahora Ree vive en Costa Rica, dedicada a dar clases en un centro educativo para postgrados, mientras no descuida un solo detalle del funcionamiento de su fundación. Una persona que silenciosamente grita a los cuatro vientos: “estas son las acciones que verdaderamente promueven un mundo mejor”. Grata experiencia que me llevo del país 'tico'.





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