Ojalá los tiempos cambien...

Lo que pasa en Barcelona ya no sorprende. Lamentablemente la situación es casi idéntica durante todos los años, y la 'crisis' (término tan familiarizado con el Ídolo) no se acabará mientras desde adentro, desde los cimientos del club, desde sus bases institucionales, se produzcan cambios verdaderos. Primero será necesario tener las cuentas al día, tener un manejo adecuado de los millonarios recursos que puede generar el equipo más popular del país. Y eso no es difícil, alguien que ame al equipo y sepa administrar finanzas adecuadamente será suficiente para lograr ese fin.
Al lograr una estabilidad económica, el equipo puede optar por la conformación de un equipo competitivo que le devuelva la gloria al club. Los jugadores, antes de ser estrellas, tendrán que estar comprometidos con la necesidad de recuperar la historia de Barcelona Sporting Club.
La motivación de la plantilla estará garantizada por la multitudinaria hinchada que tiene el Ídolo, siempre y cuando se evite caer en presiones groseras que desestabilizan la tranquilidad y concentración del jugador. Ojalá la prensa no caliente la cabeza de los simpatizantes ansiosos de títulos.
Este escenario tendrá que ser dirigido por dos figuras importantes: un presidente que odie la política y que sus intereses sean sinceros, en busca de la gloria para Barcelona, y un director técnico que sepa mentalizar al jugador lo importante que es jugar para el más grande del Ecuador.

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