Esa es la vida...


Es de dominio público la tragedia ocurrida el sábado pasado en el discoteca "The Factory", al sur de Quito. También se está esparciendo a través del internet y los Medios, el vídeo aficionado de uno de los presentes que pudo capatar con su cámara algunos momentos críticos del siniestro. Me quedé perplejo cuando en una parte del vídeo, se observa cómo un colchón ardiente le aplasta a un individuo que intenta huir de las llamas. Tuve una impresión muy fuerte al ver fotos del diario Últimas Noticias y Extra, que muestran cuerpos chamuscados en los que sólo se distingue el color oscuro de la ceniza y ciertos huesos del cuerpo de los cadáveres.
"¡Qué estupidez!", fue la primera frase que se me vino a la cabeza cuando supe de las condiciones que rodearon al incendio. Techo de espuma flex, esponjas, telas. Materiales 100% inflamables. Lanzamiento de bengalas y juegos pirotécnicos. ¿Quién debía controlar o autorizar esta situación?, ¿Organizadores? ¿Público? ¿Los mismos artistas?... yo creo que los primeros son los más indicados a ser responsabilizados de tremenda ignorancia, y con el añadido de que las puertas de emergencia estaban con candado.
La vida se va y no vuelve... así reza la parte de la letra de una canción que escuché alguna vez. La vida no se compra, la vida es una sola, la vida es un mar de sorpresas. Cada vez que fallece alguien cercano a mí o me entero de acontecimientos trágicos, la sensibilidad hace contacto con el alma. Reflexiono, pienso, revalorizo a la vida, y doy gracias a Dios que mis seres queridos están bien.
Esa es la vida. Situaciones inesperadas, finales felices, incertidumbre, inseguridad, sorpresas. Nadie sabe ni dónde, ni cómo, ni cuándo, o con quién nos llegará la hora. Te replanteas tu existencia en breves instantes y agradecesa Dios que aún mantienes la vida junto a la gente que te quiere y quieres.
Mi sentido pésame para las familias de esos 14 fallecidos el fin de semana pasado. Que las almas descansen en paz. La muerte ahora les visitó a estas personas... ¿acaso sabían eso?... creo que no. Simplemente fue así su destino. Vivamos con intensidad, con cariño, con dedicación...¡vivamos trascendiendo! Y si llega la hora, por lo menos deberíamos guardar una alegría de satisfacción en el interior, que sólo se consigue después de respetar a la vida como un arma de doble filo... sin ningún miedo, eso sí...

Es importante hacer hincapié que el movimiento gótico y rockero y sus representantes presentes en la discoteca incendiada no tienen ninguna culpa. Las condolencias también para ellos.

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