Lluvia, goteras, tráfico...

Cuando el clima quiere complicar la vida, sólo hace falta una lluvia fuerte. Hoy me di cuenta de eso mientras estuve sentado casi una hora en un Mariscal Sucre. Cuando salí en la tarde para la U me procupé por no olvidarme mi paraguas; llovía duro pero por suerte el bus pasó rápido. Sin embargo, por poco y hasta me tocó abrir la sombrilla en el bus por tanta gotera que había.
Hasta la Universidad Central estaba todo normal, cuando me percaté de la larga fila de carros que había adelante. El bus avanzaba pocos metros cada cinco minutos más o menos, en la radio se esuchaba un programa de dramas familiares. Me enteré que una tal Marta, mujer de 32 años, había recibido la noticia de que su madre no era su madre; también Carla nos confesó a través del parlante que está embarazada. Ella tiene 17 años y no sabe cómo decírlelo a su madre. Fui testigo auditivo del llanto de una mujer que descubrió a su esposo traicionándola con una compañera del colegio de su hija que está en sexto curso... Me sorprendía de cada historia que escuchaba y regresaba al mundo real. El bus avanzaba lento. A la gente se le reconocía su impaciencia. La ventanas ya estaban empañadas. No sabía por dónde estábamos. Yo ya estaba resignado al atraso a Producción de Material Impreso. Tuve que bajarme unas cuantas cuadras antes de la embajada porque seguro caminando llegaba más rápido. Media hora de atraso... pensé que iba a ser más.
En la noche supe de la causa de tanto embotellamiento. El Trébol está destruido y Quito estará 'fregado' sin esa vía. Ya veremos cómo se desenvuelve el tráfico en la ciudad en estos días. Habrá que estar preparado a todo: correrías, resbalones, derrumbes, apuros, impaciencia... y más lluvia...abrígate bien para evitar la gripe...